El espionaje alemán en Catalunya

Revista Iberia núm 3, 24 d’abril de 1915.

UN PELIGRO
El espionaje alemán en Cataluña

LA PRENSA

En nuestros artículos anteriores hemos revelado los procedimientos que emplean los alemanes para suplantar a los productores de Cataluña en el mercado exterior, ejerciendo el espionaje por medio de los Bancos, y su ingerencia intrusa en la vida de los negocios, nacionalizándose sin perder su primitiva naturaleza.
No son esas las únicas armas. Con otras más poderosas cuentan. El Imperio alemán, aspirando a ejercer la hegemonía del mundo y a conquistar el mercado universal, no despreciaba ninguna fuerza. Los efectos de ese sistema organizado de espionaje continuo se han dejado sentir en Barcelona. No podían ser los catalanes una excepción. Una de esas fuerzas, cuya energía querían aprovechar para su interés particular, era la prensa.

En 1913 y a principios de 1914 casi en todas las redacciones de los periódi cos de Barcelona se recibió una circular, procedente de una asociación de Hamburgo, si mal no recordamos, que había de fundar una revista de gran información mundial, ofreciendo un intercambio de noticias y dando grandes ventajas a la prensa Catalana. Los directores de periódico que no contestaron — que fueron los más — recibieron al poco tiempo nueva carta circular insistiendo.
Lo que parecía el negocio de una empresa particular — y con tal carácter se presentaba — no era otra cosa que un poderoso organismo creado en Alemania para ejercer su influencia sobre la prensa extranjera en interés del comercio de exportación alemán y de extender la influencia germana en general. En Febrero de 1914, bajo la inspección del Gobierno, fue creada la Asociación secreta.
¿Qué se proponían con esto ?
El embajador de Inglaterra en Berlín, Sir E. Goschen, informando sobre estos proyectos a Sir Edward Grey, decía en 27 de Febrero de 1914:
«Desde hace algún tiempo varios proyectos han sido ventilados en la Prensa con el fin de mejorar el prestigio alemán en el extranjero. Se decía que en ciertos puntos del extranjero Alemania era persistente e injustamente insultada, que nadie le daba oídos porque la Prensa de esos lejanos países estaba en manos hostiles a toda empresa alemana y porque Las Agencias telegráficas al servicio de esos países estaban igualmente inclinadas. Una «Associatión for World-Commerce (Asociación para el comercio mundial) iba a remediar este mal por una persistente propaganda pro-germana en aquellos países de que más amargamente se quejaba. Se esperaba poder reunir los fondos necesarios por suscripciones por parte de todas las Sociedades comerciales e industriales interesadas en el comercio de exportación alemán, y en vista de la importancia suprema para Alemania de su tráfico de exportación, se pensó en que agentes de la Asociación fuesen enviados y colocados en el extranjero para ayudar a Las industrias exportadoras con advertencias oportunas y una política activa en general, tal como individuos particulares podían proseguir con más eficacia que elementos oficiales.»
Y luego de explicar detalladamente el proyecto, en donde entraba como factor importante la célebre agencia Wolff que de un modo tan maravilloso ha cumplido y cumple su cometido durante la actual guerra, añadía Sir. E. Goschen: «Es difícil el manifestar si el daño que la nueva Compañía va a remediar realmente existe, o si existe en extensión ostensible; pero lo cierto es que se ha creado una Compañía particular de gran influencia, con gran apoyo oficial y arbitra de una enorme renta para la propaganda periodística en pro de Alemania. Exista o no el mal, el dinero será invertido en servicios de índole secreta para popularizar los intereses alemanes en el extranjero. «No parece habérseles ocurrido pensar a los iniciadores y promovedores de este proyecto que están preparando el terreno para vasto sistema de «chantage» internacional, no siendo ésta la manera más adecuada ni recia para llegar al fin deseado.»
Para facilitar el chantage se estableció una tarifa especial telegráfica, a precios reducidos, para las noticias tendenciosas llamadas de final de semana «weed-end».
Le Deuische Expert Revue, periódico que aparecía en Berlín, publicó un artículo hablando.
de este proyecto, propalando que el ministerio de Estado del Im perio ayudaba a su sostenimiento con una suscripción anual de 12.500 libras, pagadas de unos fondos para servicios secretos.
Y decíase en ese artículo:

«Un Sindicato alemán fue creado sigilosamente hace algunas semanas para los fines de este servicio de información extranjera. Utiliza la organización de una Agencia de publicidad ya existente; sus funciones van a extenderse poco a poco por todo el Mundo. Su fin primordial será el contestar en forma adecuada a toda noticia perjudicial a Alemania y a los ataques que se le hagan, y por la circunspecta publicación de periódicos que inspiren los artículos pre cisos para propalar en el extranjero el conocimiento del verdadero estado de la industria alemana y los grandes hechos de cultura germánica.»

«Sabemos, además, que actualmente se está tratando de inducir a las Sociedades por acciones Económicas alemanas y extranjeras a formar parte de este Sindicato, puesto que estas Sociedades comprenden en especial a comerciantes y fabricantes interesados en el comercio exterior germánico. Estas Sociedades es cierto parecen hallarse con opiniones muy divididas respecto a la nueva empresa; es decir, hasta ahora no se ha llegado a un acuerdo definitivo.»
«En opinión nuestra podrían alcanzarse buenos resultados y quizás con mayor éxito, utilizando Las Legaciones y Consulados alemanes en el extranjero, si se colocasen amplios fondos para este fin a la disposición de dichos centros oficiales. Al mismo tiempo las Sociedades Económicas alemanas y extranjeras podrían muy bien, como ya hacen algunas de ellas, trabajar tranquilamente en pro de la apreciación en el extranjero del estado de la industria alemana y del progreso cultural de la misma.
El pretendido envío de periodistas creemos sería en todo caso una medida errónea, puesto que no tardaría en ser el tema de conversación en los centros editoriales del extranjero el que sean representantes de un Sindicato apoyado oficialmente por el Gobierno germánico.

Si se piensa hacer una cosa de esa índole es mucho mejor el echar mano de personas que estén ya en relación con los respectivos centros editoriales y los cuales podrían servir a los intereses alemanes sin atraer sobre sí tanto la atención como sucedería con periodistas enviados expresamente con ese objeto..»
Esa institución creada, por último, ha dejado sentir su influencia en nuestra prensa. Se han de ver las campanas germanófilas de estos días, olvidándose ciertos periódicos incluso de su condición ibérica. El alemán utiliza todos los procedimientos para entrar en las redacciones y poder ejercer influencia y presión. Muchos casos concretos podrían citarse y el más significativo lo denunciamos nosotros en el primer número de IBERIA:
«Un alemán recorre las administraciones de nuestros periódicos, ofreciendo anuncios de casas alemanas, no situadas en nuestra ciudad, anuncios tarifados con precios sospechosos. Tras los anuncios se esperan las embozadas propagandas germanófilas, ya que será justo atender en la primera plana a quien tan dadivosarnente sabe llenar la cuarta.»
El Imperio alemán preparó con organización y método el vasto «chantage».